Manifiesto de HABLEMOS MÁS

1. Nos encontramos en un momento de grave riesgo para el futuro del país, hemos ingresado por efecto de polarización política, la corrupción generalizada, las graves circunstancias sociales y sanitarias producto de la pandemia y a la ineptitud del gobierno para gestionar la cosa pública; a un periodo de destrucción de la confianza sobre el futuro del desarrollo nacional.

2. La imposición de una narrativa política y social basada en una interpretación unilateral del fenómeno terrorista de los últimos veinte años del siglo XX, creó una falsa superioridad moral en un sector político que orientó su prédica a la negación del origen del fenómeno y sus consecuencias; así como, en la asignación de responsabilidades a las Fuerzas Militares y Policiales que la combatieron; creando un sistema educativo basado en contenidos que desconocen el concepto de nación y ciudadanía, instalando un sistema judicial garantista que despojó al Estado de su capacidad de imponer y hacer respetar la ley.

3. La narrativa educativa impuesta, que desconoce el concepto de nación y la formación de valores ciudadanos construidos en base al esfuerzo de nuestros mártires y héroes nacionales a lo largo de nuestra historia, quiebra el único vínculo capaz de unir a una diversidad de razas y lenguas, en torno a un pasado común y con una visión única para el futuro nacional; lo cual, no solo incide en la fragmentación política interna, sino que además, amenaza con la secesión del país y afecta la forma como conducimos y defendemos nuestra política exterior como país eje en América en el Sur, con una de las culturas más diversas y antiguas de la humanidad.

4. La indignación generada en los últimos años por las denuncias de corrupción relacionadas a millonarios casos de obras públicas, y que en último periodo presidencia alcanza inclusive al presidente de la república en ejercicio y su entono, se constituye en un puñal a la moral nacional, la misma que se desangra por la lentitud del Sistema Nacional de Justicia en sancionar de forma efectiva estos delitos, lo que no hace más que brindarles confianza a los corruptos para seguir actuando.

5. La fragmentación política transformó las organizaciones políticas basadas en la construcción de propuestas y formación de cuadros políticos a la existencia de estructuras políticas mantenidas por fortunas personales y el aporte económico de candidatos – muchos de ellos con historial de transfuguismo – que deseosos de ocupar lugares en las listas de candidatos invierten en su postulación. Esta distorsión explica el por qué contamos con congresistas de la república cómplices de la corrupción y un congreso de la república que se resiste al adelanto de elecciones.

6. El acceso al poder, de estas estructuras políticas sin cuadros políticos propios, explica el porqué la gestión pública se ha mantenido por décadas a cargo de una tecnocracia dorada, con falsa superioridad moral, supuestamente experta en la ejecución de los presupuestos públicos, pero incapaz de transformar los beneficios de la economía de mercado, en intervenciones de gobierno eficientes que hayan logrado extender los beneficios del crecimiento económico hacia la sociedad; pero que sin embargo, no dejaron un solo día de cobrar sus salarios e ingresos por consultoría, transformando la gestión pública en un botín y no en un servicio, cuyo punto máximo de ineficiencia se mostró con la aparición de la pandemia, la cual desnudó de forma alarmante las carencias estructurales del Estado para brindar servicios de salud; todo lo cual, agravó la desconfianza y malestar ciudadano.

7. De igual forma, la actuación de los medios de comunicación tradicionales, junto a las redes sociales, en la construcción y orientación de la noticia y fake news, y la aparición de líneas de interpretación jurídica de todo gusto y color para sustentar irracionalidades legales, son fundamentales para entender parte del caos social y político que vivimos actualmente.

8. Todo ello, nos convence de la necesidad de invocar al civismo de nuestros compatriotas para constituir un partido político que defienda los intereses permanentes del país. Estamos seguros de contar en este esfuerzo con el apoyo de quienes creen en la necesidad de dejar la inacción y proponer una acción política basada en disciplina, moralidad y trabajo, que anhelan agruparse entorno a ideas y no a hombres.

Esta lucha, se enmarca en la recuperación de la nación peruana, mediante el fortalecimiento de la capacidad del Estado de imponer la ley y brindar servicios públicos de calidad, mediante el uso eficiente de los recursos públicos obtenidos de los beneficios de la economía de mercado, y el acompañamiento del Estado para lograr un país más competitivo, que brinde oportunidades de trabajo a cada ciudadano, según su propio esfuerzo; con una clara visión de futuro.

9. Distinguimos la sociedad de mercado como el sistema de explotación mercantilista que degrada nuestros recursos y la dignidad del hombre, de la economía de mercado como el sistema de producción competitivo más adecuado al orden económico. Repudiamos el primero, mas consideramos el segundo necesario y esencial para el desarrollo de nuestro potencial económico presente y futuro. Aspiramos como meta de nuestra política a la determinación de una estructura económica que se oriente al bien común, respetando los derechos e iniciativas individuales; las cuales, a través de un sistema tributario justo y promotor, aporten a la acción del Estado; el cual, de forma transparente, eficiente y eficaz, garantice la satisfacción del interés colectivo; garantizando que la riqueza producida por nuestro pueblo, beneficie, antes que nadie, a todos los peruanos.

Consideramos que la clase media, es el pilar sobre el que debe construirse los objetivos de desarrollo nacional; cada año más personas deben abandonar los niveles de pobreza y pobreza extrema para incorporarse a ella, y su vez, más personas deben salir de ella para adquirir condición de riqueza. Para ello, la estabilidad económica y la seguridad a la inversión son garantías necesarias para lograr el bienestar.

Consideramos que es un deber del Estado, en una sociedad en proceso de envejecimiento, el de garantizar una vida digna a los pensionistas; implementando los mecanismos de solidaridad y gestión de los fondos de pensiones, que haga viable la sostenibilidad de los regímenes pensionarios en las próximas décadas.

Un elemento clave para afrontar el futuro económico, es potenciar radicalmente la economía rural, deteniendo la incesante migración del campo a la ciudad; aprovechando las ventanas competitivas nacionales, para modernizar nuestra cadena logística, abriendo y asegurando nuevos mercados nacionales e internacionales para la producción interna; de igual forma, la industrialización nacional es un reclamo histórico que debe conjugar el potencial de bienes industrializables a nivel nacional, con el potencial de la inversión nacional e internacional.

En conclusión, lucharemos por incrementar la producción nacional, abrir nuevos mercados internacionales, industrializar el país, mantener la estabilidad económica y financiera de la República, e incrementar de forma sostenida el ingreso per cápita de cada ciudadano de la nación, con el impulso de un capitalismo popular.

10. Junto al desarrollo económico, un deber principal del Estado es otorgar seguridad, salud y educación para todos. En el primer caso, afirmar el principio de autoridad es la primera tarea del Estado, considerando al delincuente como un enemigo de la sociedad; frente a la salud, fortalecer la seguridad social, con infraestructura, equipamiento y personal de sanidad suficiente en todos los niveles de atención, garantizando la provisión oportuna de medicamentos; y en la educación, actualizar los contenidos educativos, promoviendo el amor a la patria, su historia y valores ciudadanos como base de un modelo de competitividad; desterrar la politización del magisterio para promover la meritocracia docente como piedra angular de una verdadera reforma educativa.

11. La regionalización ha sido un experimento fallido en las últimas décadas, el innegable derecho de los pueblos de que se descentralicen las decisiones, fue aprovechado por políticos inescrupulosos para crear espacios de corrupción regional y local, que contribuyeron al despilfarro y robo de los recursos públicos; lo que llevó al convencimiento ciudadano, particularmente de las regiones más deprimidas económicamente, que la acción política es negativa; por ello, propugnamos una descentralización basada en un nuevo modelo organizativo que centralice el planeamiento, asignación y ejecución de recursos estratégicos, en nuevas zonas de gestión territorial, asignados por cercanías, conexiones logísticas, productos y mercados.

12. Por ello, estamos convencidos de que la mejor expresión de respeto que puede tener un gobierno hacia sus ciudadanos, es rodearse de los mejores profesionales para implementar los objetivos de la agenda política y alcanzar el bienestar humano; en un marco de respeto mutuo entre el ejercicio de los derechos individuales y la acción y limites del ejercicio del poder.

En ese marco, la acción de los institutos armados y policía nacional son la mejor garantía para resguardar la integridad e intereses nacionales, la seguridad humana y patrimonial, el pleno ejercicio del derecho de los pueblos, dentro de un marco de respeto a la Constitución Política y demás leyes de la República; por ello, su fortalecimiento operativo, respeto a sus roles constitucionales y línea de carrera; así como, a su historia y tradiciones, son fundamentales para la estabilidad democrática.

13. Finalmente, creemos que el cambio y transformación radical que anhelamos para el Perú, de un organismo enfermo y corrupto, a un organismo sano, eficiente y moderno, se logrará únicamente con el involucramiento de todos; jóvenes y adultos, que desean un país mejor; aportando para ello, su voluntad y experiencia, de forma transparente y dentro de los cauces de la ley; acción que por si sola será revolucionaria en el sentido dinámico del término, por marcar un antes y un después en nuestra vida nacional.

14. Para este inicio, llamamos a todos los ciudadanos que concuerden con nuestros principios y que, dispuestos a desarrollarlos, defenderos y propagarlos, deseen participar en una obra cuyos frutos habrán de redundar en el máximo provecho para todos los peruanos. Surgimos lejos del egoísmo, el resentimiento y el rencor, tratando de concretar el fervoroso anhelo nacional de una nueva acción política cuya ideología se halle a la altura de los problemas contemporáneos y que contribuya a estabilizar nuestra accidentada vida ciudadana. A los jóvenes, sobre todo queremos incitar a los que se mantienen indoblegables, a los que tienen fe en los destinos del país y quieren dar a su vida plena significación. Llamamos a los ciudadanos aun no banderizados, a todos los que han vivido sin amargura, con serena serenidad y con esperanza, las tribulaciones del Perú.

15. Lo expuesto no constituye un programa dogmático, nos limitamos a señalar las cuestiones más urgentes de nuestra realidad para que los ciudadanos independientes logren, al fin, reunirse y colaborar con su solución.

16. Surgimos bajo el nombre de HABLEMOS MÁS, porque ansiamos fortalecer y proyectar la vida económica y social de nuestro país, con una visión de futuro; entendiendo que las condiciones de vida, para las próximas décadas se irán agravando producto del incremento demográfico, la disminución de los recursos naturales y otros factores, que obliga a definir claramente desde ahora los ejes de desarrollo presente y futuro.

17. Iniciamos el proceso de formación de nuestros comités regionales y provinciales a nivel nacional; invitando a todos a apoyarnos en la construcción de esta propuesta política que no busca el enfrentamiento insano, sostenido en ideologías irreconciliables, sino que se sostiene en la convicción de que podemos crear un Perú Moderno para todos los peruanos.

18. En los siguientes cuatro puntos concretamos los principios del partido:

a. En el orden político, fortalecer el modelo democrático, garantizando la libre, pacifica y ordenada convivencia ciudadana y el respeto de la dignidad de la persona humana.
b. En el orden social y económico, fortalecer la familia como unidad de la sociedad, brindándole seguridad, salud, educación y demás servicios públicos; promoviendo la consolidación de la clase media y la generación de riqueza en beneficio de todos los peruanos.
c. En la organización interna del país, hacer eficiente la estructura del Estado y reorganizar el proceso de descentralización para hacer llegar los recursos a todos sus vecinos.
d. En el panorama internacional, defender los derechos e intereses del Perú en todos los campos – combatir toda forma de dictaduras – contribuyendo a la libertad de los pueblos y solidaridad americana.